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EL AMOR CONGELADO

Yo pensaba que el odio era de personas malas. Hoy me he dado cuenta que es un mecanismo necesario de supervivencia, y que el odio se gesta cuando el amor ha quedado sin posibilidad de entrega o movimiento hacia el objeto de nuestro deseo.

El odio es el amor que no pudo ser.

Y el cuerpo se nos queda frio de tanto no expresar.

La rabia y la ira tienen la misma causa: la falta de amor, pero en este caso hay un impulso hacia el objeto deseado. La ira es un sentimiento que tiene por objeto la eliminación de algún obstáculo que impide el flujo de la líbido; esta es la energía de vida, de amor, es la energía erótica. Aunque la ira pueda ser destructiva en su acción manifiesta, su finalidad es fundamentalmente constructiva. La ira no pretende destruir; es una manera de agresión desprovista de sentimientos de ternura. Tan pronto como se retira, los sentimientos tiernos fluyen de nuevo.

El odio es frio e inmóvil. Se podría comparar a la oscuridad y al frio en un desierto de hielo. Lowen dice que: «el odio es el amor congelado» y Reich habla de la plaga emocional en la cual el hombre vive en el temor a las sensaciones orgánicas, originando un frio que recorre todo el cuerpo y que cristaliza en una coraza que le impide expresar las emociones.

El condimento que hace que nos quedemos estancados en esa ciénaga de odio o indiferencia es el resentimiento. Con el corazón congelado lo único que hacemos es repetir la herida, y bloqueamos la energía, haciendo aparecer los síntomas. La enfermedad es la neurosis, la ansiedad, la fuerza embotellada del organismo, la incapacidad de tomar contacto con nuestras necesidades vitales.

Cuando las personas contactamos con el cuerpo, nos encontramos con la pulsación de la vida, el movimiento que nos lleva a la espontaneidad y autenticidad. Y es ahí cuando al contactar con la experiencia directa soltamos el control y nos encontramos con los personajes que nos han acompañado y que han sido útiles en su momento, pero que nos fragmentan y nos impiden abrirnos a la vida.

Desde mi experiencia personal y profesional siento que el cambio de paradigma implica sustituir la mente racional y lógica por la mente consciente. Y para conseguirlo es necesario volver a recuperar nuestra parte instintiva que ha sido reprimida por esta sociedad patriarcal. Despojarnos de las máscaras y de los personajes que hemos creado y entregarnos a la vida en cuerpo y alma. En definitiva, volver a ser niños. Volver a jugar, porque es en el juego de crear que el odio se convierte en amor.

Y de eso se trata, para derretir este hielo que nos paraliza no hay otra que realizar un trabajo de sanación con las emociones: darle calor al corazón y emprender el viaje hacia el amor incondicional. La primera parada es el amor y respeto hacia uno mismo, el viaje del perdón. Darnos cuenta que cada persona con la que nos encontramos tiene una misión importante en nuestra vida, y que el conflicto es una oportunidad de aprendizaje que nos ayuda a caminar con el corazón libres de resentimientos, de odio, de amores congelados.

El domingo 11 de febrero, de 10h a 13h en el programa de AUTOCONOCIMIENTO Y DESARROLLO PERSONAL: DEL CUERPO AL SER tenemos el taller: INTEGRANDO LAS EMOCIONES: EL PASADO COMO RECURSO. Un viaje hacia el interior para hacer consciente lo inconsciente, para que mente y cuerpo se conviertan en aliados, y podamos llegar a las emociones y expresarlas.

¿Cuáles son tus deseos? ¿Qué te impide lograr tus propósitos? ¿Conectas con el placer y el gozo en tu día a día? Hace falta estar relajado y tranquilo para salir del territorio de las dependencias emocionales y hallar la energía creativa necesaria para llenar de luz nuestros días.

LA VIDA SE VE DEL COLOR DEL CRISTAL CON QUE LA MIRAMOS.

Mas información en: http://centroyoar.com/programa-desarrollo-personal-del-cuerpo-al/

Tel: 640783240. Email: info@centroyoar.com

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