En los programas de Mindfulness que impartimos en Yoar, y en los espacios de prácticas una de los primeros pasos consiste en volver a ESTABLECER CONTACTO CON EL CUERPO.

La meditación del escaneo corporal es una oportunidad que nos invita a pararnos, y escucharnos, a través de la respiración consciente, observando cada parte de nuestro cuerpo, y escuchando a nuestra mente, y su verborrea sin fin, (la diarrea mental que diría Claudio Naranjo).

El cuerpo es el ancla de nuestra conciencia. Cada vez que volvemos al cuerpo estamos basando nuestra experiencia en algo directo e inmediato en vez de estar en algún otro lugar. Sintonizar con nuestro físico, el tacto de la tela que nos cubre, una brisa de aire fresco en la cara, nuestros pies pisando en lacera, son maneras simples de salir de una mente intoxicada. La mente intoxicada es una mente que va muy deprisa, estresada y activamente compulsiva. En la mente intoxicada los pensamientos hacen brotar más pensamientos, proliferan como cacofonía de una música disco reciclado, diálogos negativos y puntos de vista repetitivos. Regresar al cuerpo es el primer antídoto para esto.

La meditación del cuerpo habitado es el primer paso para escuchar la voz que habla dentro de tu cabeza, para darte cuenta de que la vida es en el aquí y ahora.

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