Cuando estamos estresados naturalmente tratamos de hacer algo al respecto, y esto generalmente implica pensar: resolver problemas. ¡El problema con esta estrategia es que no funciona muy bien! De hecho, a menudo es contraproducente. ¡Pensar en nuestro estrés tiende a mantenernos estresados! Un aspecto importante de la práctica de mindfulness es prestar más tención a nuestros sentidos, a las sensaciones corporales, sonidos, vistas, sabores, devolviéndonos a nuestra experiencia real del momento. Eso reduce mucho el estrés.

Los pensamientos son una de las principales causas del estrés nos atrapan en un ciclo en el que tratamos de resolver nuestros problemas, y que el solo hecho de tratar de resolver un problema nos mantiene atados a éste. ¿Pero qué hacer? ¡No podemos dejar de pensar! Una de las habilidades que les enseñarás a tus participantes es darse cuenta de los pensamientos a medida que surgen en la mente y dejarlos ir. Esta es una comprensión liberadora para las personas que asisten al curso.

La vida, como sabes, no es fácil. Preocupaciones financieras, problemas en la forma en que nos ganamos la vida y con los compañeros de trabajo, dificultades en nuestras relaciones con familiares y amigos, ¿Quién no los tiene? La atención plena no hace nada que todo sea agradable, suave y fácil. Más bien nos permite desarrollar habilidades y recursos internos para sobrellevarlos mejor, de hecho para florecer, en medio de los aspectos de la vida que a veces nos resulte difíciles y desagradables. Aprender a estar con las experiencias desagradables y difíciles sin permitirles “presionar nuestros botones” es una habilidad clave para la vida diaria.

¡Tampoco es que la vida sea incansablemente difícil! También contiene placer, disfrute, belleza y amor. Cuando experimentamos alguna dificultad en la vida, teneos una tendencia a enfocarnos en ésta, a menudo excluyendo todo lo demás, especialmente las cosas buenas que están sucediendo. En esta semana del curso, alentamos a nuestros alumnos a que amplíen un poco la atención y noten los pequeños placeres de la vida, que a menudo pasan inadvertidos: el sol saliendo detrás de una nube y calentando la cara, un jarrón de flores amarillas y azules, un cumplido de parte de un amigo, un trabajo bien hecho. NO pedimos que “piensen de manera positiva”, solo que traten de nivelar el campo de juego. Al notar las cosas buenas y dejar que nos afecten, estamos trabajando en contra de lo que los neurocientíficos llaman el seso hacia la negatividad inherente al cerebro.

En cierto modo, la palabra “mindfulness” da una impresión equivocada. Las personas a menudo asocian la mente con la cabeza, con el cerebro, con un frío pensamiento analítico. La atención plena ciertamente no es eso. Es simplemente conciencia, y tampoco una conciencia fría desapegada: es cálida, gentil y amable. Durante todo el curso hacemos hincapié en esto,

pero en esa semana lo traemos al centro del escenario e introducimos la meditación de amabilidad.

Cuando tenemos dificultades es muy fácil preocuparse solo por nuestro sufrimiento, y esto puede convertirse en una trampa. En la última parte del curso, llevamos la meditación de la amabilidad más allá, trayendo a otros a la mente y cultivando una conciencia cálida, gentil y amable hacia los demás tiene un efecto muy beneficioso sobre el estado de nuestra mente, emociones y cuerpo, incluyendo una reducción del estrés.

En la última semana del curso revisamos todo lo que hemos aprendido y practicado, y miramos hacia el futuro. El curso solo funciona en la medida en que practiquemos. Ahora que hemos llegado al final del curso, se trata de continuar practicando para sentir los beneficios de ello.

En la semana 7 miramos desarrollar el aspecto de la conexión social y humanidad compartida. En esta última semana continuamos ahondando en el proceso y vamos introduciendo la idea de una espiral positiva para florecer.